La Nación, 16 de julio de 2012
La institución cubre las necesidades de niños con diabetes, ancianos hipertensos o adultos obesos
Por Silvina Premat
Niños con signos de diabetes o pacientes crónicos, ancianos hipertensos o adultos obesos; son algunos de los casos que, para curarse o no agravarse, requieren una dieta especial. Algo relativamente fácil de solucionar para los pacientes de sectores medios puede ser fatal para los que no tienen posibilidad de acceder a cualquier tipo de alimento.
A partir de esa necesidad de una cantidad cada vez mayor de vecinos, los responsables del comedor autogestionado Padre Daniel de la Sierra, que funciona desde 2000 en la Villa 21-24, en Barracas, y donde diariamente se da de comer a 530 personas, abrió un anexo en el que sólo se dan dietas sin sal ni grasas.
El nuevo servicio se prepara y distribuye en la casita en la que vivía hasta el año pasado una de las colaboradoras y lleva el nombre del sacerdote que vivió allí 13 años, José María Di Paola. En el "Comedor Amigos del padre Pepe" retiran a diario raciones de menúes especiales 80 personas, previa presentación de un certificado médico, y otros 80 beneficiarios incluidos los colaboradores, todos vecinos de la villa.
Sabios en la administración de recursos escasos, los responsables hacen maravillas con los productos enviados por el gobierno porteño y las donaciones de alimentos especiales como arroz integral, queso sin sal o descremado, pescado y otros elementos.
"Ahora la mayor necesidad es la de una heladera. Tenemos un freezer pero allí no podemos guardar los alimentos de consumo diario porque se congelan. Por ahora usamos la heladera de una vecina pero obviamente que no es lo ideal", dice Nilce Sambudio, encargada del nuevo comedor.
Nilce recuerda que en el otro comedor, en el Padre Daniel de la Sierra, habían comenzado a preparar dietas especiales en 2009 y rápidamente crecieron las personas interesadas en ellas.
"El lugar donde cocinan no daba a basto por eso se decidió abrir otro comedor con el que pudimos atender la demanda creciente", cuenta Nilce, quien había comenzado hace unos años a colaborar lavando los platos en el Comedor Daniel de la Sierra y está entusiasmada de ver cómo mejoran algunas personas.
"Acá la gente pasa muchas cosas, discriminación, necesidad, no tener qué comer y, si bien hay muchas instituciones que ayudan y la Iglesia es fundamental, hay veces en las que uno necesita ser escuchado y recibir un abrazo para sentirse aliviado", dice Nilce al explicar por qué se ocupa de esto y se hace tiempo también para estudiar Trabajo Social, carrera universitaria que comenzó este año, y para cuidar a su hijo.
Las personas interesadas en colaborar con el comedor pueden llamar al 15-3154-2424 o escribir un mail a grupopadredelasierra@yahoo.com.ar .