La Nación, 12 de octubre de 2009
Por Martín Dinatale
Desde que los Kirchner llegaron al poder, en 2003, hasta hoy, el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social creció un 700%, pero los fondos para reducir la pobreza no dieron los resultados esperados: si se toman los índices del Indec, el nivel de pobreza bajó un 32%, aunque el total de la población necesitada sigue estando en niveles preocupantes que rondan entre un 15 y un 40%, según las bases de datos que se miren.
Néstor Kirchner pautó en 2003 un presupuesto para Desarrollo Social de $ 1.781.390.296 y el año que viene la Presidenta destinará para el mismo Ministerio $ 14.393.319.144. Esta cifra representa un aumento del 700% desde el inicio de la era Kirchner y un incremento del 35% para 2010 respecto del presupuesto de 2009.
El Ministerio de Desarrollo Social que conduce Alicia Kirchner concentra la mayor parte de los planes sociales del Gobierno destinados a reducir la pobreza, y atiende programas fijos de seguridad social, como las pensiones no contributivas. Estas se destinan a madres de más de siete hijos, a ancianos sin cobertura y a personas con incapacidades. Tienen un presupuesto de $ 6100 millones y apuntan a unas 830.551 personas.
En tanto, el Plan Familias hoy tiene un presupuesto de $ 1750 millones y atiende a 700.000 beneficiarios. El resto son planes orientados a determinados sectores, como el de empleo a cooperativistas, que establece un gasto global de $ 9000 millones; el plan para monotributistas sociales; el de los Centros Integradores Comunitarios; el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria; los microcréditos; el plan Mi Pueblo y el de Deporte, entre los más relevantes del área.
Está claro que en 2003 el Ministerio de Desarrollo Social no había absorbido aún el Plan Jefes y Jefas de Hogar que estaba en manos del Ministerio de Trabajo y que paulatinamente fue pasando al Plan Familias del Ministerio de Desarrollo Social. Pero el monto de ese programa no pasaba los $ 2500 millones.
Luego de casi ocho años de una intermitente política asistencial oficial y un sustancial incremento del presupuesto en Desarrollo Social se abre un interrogante: ¿por qué no se logró aún disminuir suficientemente la pobreza? El debate es tan polémico como la discusión por la validez de las cifras del Indec para medir la pobreza o la inflación.
"Inversión", no gasto
Ante una consulta de LA NACION, la oficina de coordinación de prensa del Ministerio de Desarrollo Social envió un comunicado en el que sostuvo: "Es cierto que aumentamos la inversión social , no el gasto social [las letras en bastardilla fueron puestas en el mismo comunicado]. Hoy estamos llegando a 2.000.000 de familias y a 3.735.000 niños de nuestro país".
Además, destacó: "En 2002 no se llegaba a 180.000 pensiones; hoy casi 900.000 familias pobres de todo el país, sin distinción de color político, han restaurado un derecho que aún en gobiernos democráticos no se cumplía". Según la cartera de Alicia Kirchner, si algo ha caracterizado a su gestión "es la voluntad de trabajar con todos los sectores".
No piensan lo mismo la oposición, la Iglesia o sectores académicos que analizan la aplicación de políticas sociales. Todo el arco político llega a una misma conclusión: los programas sociales que llevaron adelante los Kirchner estuvieron concentrados en determinados sectores; hubo una sistemática negación a crear un plan universal de ingreso, y existe la presunción generalizada de que en la distribución de planes hay clientelismo y discrecionalidad.
Para Eduardo Amadeo, ministro de Desarrollo Social de Eduardo Duhalde, "los planes asistenciales de los Kirchner se sustentaron en la discrecionalidad y están alejados de la realidad". Para avalar esto, Amadeo dijo que, según un relevamiento que se hizo sobre la base del último censo nacional, la cantidad de madres de siete o más hijos que reciben los programas de pensiones excede a la realidad. En este sentido, Amadeo destacó a LA NACION que "los planes sociales del Gobierno crecen en presupuesto porque no hay una planificación adecuada y hay mucho clientelismo".
El Ministerio de Desarrollo Social se atajó frente a estos ataques: "Procuramos permanentemente que nadie quede cautivo de nadie".
El diputado Claudio Lozano (Proyecto Sur), que analiza desde hace varios años la política asistencial del Gobierno, cree que el aumento del presupuesto social tiene su explicación en una "política de neodesarrollismo" que sostiene que a mayor crecimiento económico se mejora la ayuda a los desprotegidos. Lozano está convencido de que los planes focalizados discriminan por la vía de los punteros o de los intendentes.
Agustín Salvia, director del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica, indicó que el presupuesto de Desarrollo Social de 2003 no contemplaba parte de los beneficiarios del plan Jefes y Jefas. Pero añadió: "Queda en claro que los planes focalizados y la ausencia de políticas destinadas a solucionar la desigualdad estructural del mercado del trabajo no lograron reducir el piso del 25% de pobres de los años 90".
Para el economista Ernesto Kritz, la reducción de la pobreza pensada en el largo plazo se debe dar con la reducción de la informalidad laboral y con una ruptura de la segmentación social entre los que acceden a la seguridad social y los que dependen de la asistencia social.
El aumento del presupuesto social y su uso abren otro debate, con la pobreza como telón de fondo.
:: Ir a la noticia