Página 12, 15 de mayo de 2020
Por Yael Bendel. Hoy se conmemora el Día de la Familia y este contexto tan particular que estamos atravesando nos invita a reflexionar sobre esta fecha, sobre la familia y sobre el importante rol que cumple.
Existen múltiples formas de integrar una familia: están las grandes, las chicas, las ensambladas, las que están juntos, las que están separados, las que tienen hijos, las que no los tienen, las monoparentales, entre otras tantas multiplicidades.
Muchos de nosotros estamos pasando esta cuarentena en nuestras casas con nuestras familias. Otros tenemos a la familia cerca pero lejos, y hace meses que no vemos a nuestros padres, hermanos, parejas, hijas e hijos.
Los que tenemos acceso a la tecnología la convertimos en una aliada, pasamos cumpleaños y conmemoramos fechas por videollamadas, compartimos besos con la distancia de la pantalla.
Quizás ahora más que nunca nos damos cuenta de cuánto nos necesitamos.
Probablemente este tiempo nos haga valorar lo que muchas veces, en la vorágine cotidiana, damos por sentado.
Para muchos de nosotros, más allá del cansancio, las exigencias, las tareas, el trabajo y la incertidumbre, la familia es un refugio, un lugar feliz y seguro.
Pero también sabemos que hay familias atravesadas por maltratos, por violencias, por desigualdades.
El 80% de los maltratos y abusos hacia niñas, niños y adolescentes son cometidos por familiares o personas cercanas a ellos.
Los casos de violencia doméstica escalaron en este aislamiento y prácticamente cada día nos encuentra lamentando otro femicidio.
Esta es una realidad que también existe y la que no podemos ignorar. Los organismos de protección de derechos de niñas, niños y adolescentes hemos reforzado las líneas y canales de atención y estamos atendiendo las llamadas con nuestros equipos de profesionales. Entendiendo también lo dificultoso que es visibilizar las violencias y en este aislamiento dado que las niñas, niños y adolescentes tienen restringido el acceso a la escuela, los clubes, a la atención médica, y los ámbitos que son los que, en la mayoría de los casos, detectan y denuncian estas situaciones.
En este contexto de aislamiento cada uno de nosotros tenemos una obligación y una posibilidad de ser quien ayude a que una niña, niño o adolescente deje de ser víctima de violencias y abusos.
Si creés que una niña niño o adolescente puede estar siendo víctima: no dudes. Denunciá.
Por Yael Bendel, Asesora General Tutelar del Ministerio Público Tutelar de la CABA.
Se puede consultar la nota aquí.