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Fuerte rechazo a las declaraciones de Reina Reech en contra de las vacunas

Infobae, 10 de marzo de 2020

La actriz, directora y coreógrafa aseguró que solo vacunó a sus hijos hasta los 5 años y que prefiere evitar los remedios de laboratorio. No es la única famosa que piensa así, sin embargo las cifras y toda la comunidad científica demuestran que vacunar salva millones de vidas.

En medio del temor que genera el coronavirus y de la confirmación de más de 60 casos de sarampión en la Argentina durante 2019, Reina Reech levantó polémica al asegurar que no toma remedios de laboratorio y tampoco se da vacunas. En 1796, cuando el médico inglés Edward Jenner realizó la primera vacunación de la historia para combatir la viruela, hubo cuestionamientos, incredulidad y hasta personas que aseguraron que las vacunas estaban contra los “designios de Dios” ya que curaban enfermedades que servían para castigar los pecados de la humanidad.

Pero desde ese entonces hasta hoy pasaron más de 200 años. Pese al tiempo transcurrido, todavía hay gente que niega la importancia de la vacunación. En 1998, cuando The Lancet, una las revistas de mayor circulación médica, publicó un artículo del doctor Andrew Wakefield quien planteaba una supuesta relación entre la triple viral (sarampión, paperas y rubéola) y el autismo. Como no podía ser de otra manera, la nota tuvo una gran repercusión, sobre todo en Europa. Pero nada de lo escrito por el médico era verdad. Lo increíble es que aunque el medio se retractó y se descubrió que Wakelfiel había pedido la patente para una vacuna contra el sarampión que competiría con la que denostaba en el artículo, su artículo le otorgó fuerza y argumentos al movimiento antivacunas que, desde entonces, se sigue expandiendo. Su efecto fue tan letal que la misma OMS reconoció que “la publicación creó un estado de pánico que produjo una disminución de las tasas de inmunización y posteriores brotes de esas enfermedades”.

En nuestro país, uno de los que manifestó su desconfianza contra las vacunas fue el actor Gastón Pauls cuando en un programa radial aseguró que “muchas de las enfermedades que dan vueltas son generadas por los laboratorios para poder vender”. Su hermano Nicolás también mostró su desconfianza de las vacunas cuando dijo: “¿No es curioso que la misma empresa que te da un supuesto alimento que te va a alimentar, pero que en realidad te enferma, sea la misma que produzca los medicamentos que te van a curar?”.

Reina Reech admitió ahora que a sus dos hijos, Juana Repetto y Bautista Lena, solo les dio las vacunas obligatorias a los cinco años. Y sus declaraciones generaron un fuerte cuestionamiento en las redes sociales.

Entre los actores internacionales Jim Carrey expresó su desconfianza, el actor y director Rob Schneider, dijo sin evidencias científicas obviamente, que existe una posible relación entre éstas y enfermedades como el asma y las deficiencias del aprendizaje y la actriz Alice Silverstone, es otra de las que dudan de su efecto positivo.

Los argumentos de Reina Reech y otros famosos que livianamente hablan de vacunación, caen con la contundencia de las cifras. Afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la vacunación salva, cada año, más de 3 millones de menores en todo el mundo, y evita que muchos otros millones de personas padezcan enfermedades complejas e incapacidades permanentes. ;ás de 1500 millones de personas se salvaron de diferentes enfermedades. Incluso fue posible eliminar dolencias que causaron estragos.

La viruela, que producía cinco millones de muertes anuales, en todo el mundo, fue erradicada en 1980 y hoy en día está prácticamente olvidada. En la actualidad, la lucha mundial contra la poliomielitis ya evitó la parálisis a cinco millones de personas (OMS, 2005) y busca ser erradicada para 2020. La vacunación se ha convertido en uno de los mayores logros en la reducción de la mortalidad infantil. Y es que el 30 por ciento de las muertes de niños menores de 5 años pueden prevenirse con un gesto tan simple como ponerles una vacuna.

Pero ante las dudas que se generan en algunos, la Asesora General Tutelar del Ministerio Público Tutelar de la ciudad de Buenos Aires, Yael Bendel destacó: "Hoy se vive mucha tensión a nivel mundial por el tema del coronavirus y el rebrote del sarampión en diversos países. Por lo tanto, sabemos que esta cuestión es muy sensible y las personas públicas deberían ser más cuidadosas y respetuosas en el tratamiento de este tema. Porque estamos hablando nada más ni nada menos que del derecho a la salud individual y colectiva”.

En ese sentido, Bendel remarcó que “No vacunar a las niñas, niños o adolescentes es vulnerar su derecho a la salud consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño. Los intereses o creencias personales de los padres, madres, tutores o guardadores, no pueden interferir o evitar la vacunación obligatoria”.

Alejandra Marcos, médica pediatra y coordinadora del Programa de Inmunizaciones del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires recuerda ante la consulta de Teleshow dijo: “La vacunación es un acto de responsabilidad y también de solidaridad, ya que además de proteger a la persona en particular, protege a la comunidad. En especial hay personas que por edad o por alguna contraindicación médica no las pueden recibir o personas que se vacunan pero que generan una menor respuesta. La eficacia de la vacunación depende de lograr altas cobertura en la población y se funda en razones de interés colectivo que hacen al bienestar general. El efecto que se genera al tener un alto porcentaje de gente vacunada hace que gente que no esté vacunada no enferme”.

Muchas veces, como las enfermedades que para otras generaciones fueron mortales dejan de estar presentes, se tiende a perder la percepción del riesgo y de la gravedad de ellas y los estragos que causaban. Por eso Marcos es contundente: “Cuando hablamos de prevención sabemos que las vacunas, junto al agua potable, son unas de las herramientas más importantes. La estrategia de prevención primaria a través de las vacunas es una medida de Salud Pública prioritaria y de alto impacto para la disminución de la morbimortalidad de la población y en la disminución de la mortalidad infantil. Y lo hacemos desde la evidencia disponible, porque las vacunas protegen y salvan millones de vida cada año en el mundo”.

Se puede consultar la nota aquí.