Infobae, 8 de octubre de 2019
Es un golden retriever de 5 años especialmente entrenado para hacer más ameno el momento en que un menor de edad debe volver a contar un hecho traumático.
En el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, todos los días un puñado de niños y niñas deben prestar declaración porque han sido víctimas o testigos de delitos. Para muchos, eso supone además revivir una experiencia traumática de violencia, abuso o maltrato.
Con el fin de hacer un poco más amigable esa instancia judicial, el MPT creó un programa de asistencia que tiene como protagonista a Titán, un Golden retriever de cinco años que a partir de hora se encuentra todos los días en las oficinas del edificio de la calle Perú 143, donde funciona la dependencia, abocado especialmente a esa tarea.
Titán o “Tití”, como le dicen todos ahí, fue especialmente entrenado para trabajar con niños y adolescentes y está todo el tiempo acompañado de su adiestrador, Carlos Agudo.
Cuando los niños deben dirigirse a declarar en la Sala de Entrevistas Especializadas (SEE), donde se realiza el procedimiento judicial conocido como “Cámara Gesell”, Tití los espera en la habitación anterior y simplemente con su ternura y su apariencia adorable, contribuye en la disminución de miedo o nerviosismo de los niños y sirve para aliviarles el estrés que puedan sentir al tener que relatar lo que pasó.
Además, el formato de la SEE cuenta con el soporte tecnológico necesario para que los menores puedan dar una declaración precisa y confiable y, lo más importante, sin cruzarse en ningún momento con funcionarios judiciales o los imputados en el delito.
Esto ocurre porque en la sala solo se encuentra el niño con un equipo de psicólogos formados en técnica investigativa forense y, dos pisos más arriba, en una sala de observación la declaración se transmite en vivo. Así se evita que el niño deba reiterar en otras oportunidades su relato, lo que implicaría una revictimización. Buscan que esa instancia difícil de tener que revivir un trauma se convierta en una reparación.
Luego, cuando termina la declaración, que puede durar hasta 45 minutos, los niños salen y se reencuentran con Titán, que está especialmente preparado para siempre prestarse al juego.
“Esta incorporación mejora el sistema de protección integral ya que favorece la disminución del nivel de angustia, ansiedad y movilización emocional que genera en los chicos tener que afrontar una declaración, y además contribuye al relato”, expresó la asesora general tutelar, Yael Bendel.
El programa “Perro de Terapia para Asistencia Judicial” surge a partir de experiencias similares que se han desarrollado en otros países tales como Canadá, Francia, Estados Unidos, España y Chile y ya ha dado buenos resultados. Titán estuvo presente ya en varias declaraciones y en algunas revinculaciones de niños con familiares. Próximamente podría sumarse a la tarea un perro de raza Labradoodle, que no provoca reacciones alérgicas y también son entrenados para esta tarea.
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