Clarín, 5 de enero de 2019
Además, en los primeros once meses de 2018 se hicieron 2.452 denuncias en las comisarias bonaerenses. El caso de Miramar visibilizó un delito que se reitera y crece en todo el país.
Las denuncias de violaciones y abusos sexuales se hacen en la Justicia o en la Policía. No hay estadísticas unificadas en el país. Hay diferentes piezas de un rompecabezas que nunca se termina de armar. Las piezas tienen algo en común: las denuncias aumentan en todos lados. ¿Hay más violaciones? ¿El contexto promueve que haya más denuncias? ¿Crece la violencia en varones que se resisten a perder poder?
En 2017 hubo 15.134 denuncias de violaciones y abuso sexual en todo el país, un 17 por ciento más que en 2016, que tuvo 12.983 denuncias. Son los últimos datos publicados por el Ministerio de Seguridad de la Nación: 11 violaciones y 31 abusos sexuales por día.
La Procuración General de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires marca que las denuncias por violación y abuso sexual aumentaron un 60 por ciento entre 2012 y 2017. Cifras de la Policía dicen que en los primeros once meses de 2018 se hicieron 2.452 denuncias en las comisarias bonaerenses.
Todavía no entró en estas estadísticas la violación que sufrió una chica de 14 años en el camping El Durazno de Miramar. Hay cinco hombres detenidos. La violación fue en la madrugada del primer día de 2019. Por esas horas, otra chica de 14 años también era violada por un grupo de varones en Las Lajitas, un pueblo salteño. ¿Será una nueva tendencia? plantearon algunos medios. Las violaciones en grupo, "en banda" o "en manada" no son nuevas. Un ejemplo: el diario El Tribuno de Salta contaba en en abril la violación a una chica de 18 años por dos hombres en la localidad de Belén, y en mayo, otra violación a una nena de 13 años por cinco hombres en Rosario de Lerma.
En la Ciudad de Buenos Aires, según el Ministerio Público Tutelar, entre 2017 y 2018 los llamados aumentaron un 274 por ciento. Los días posteriores a que Thelma Fardin denunciara que Juan Darthés la violó cuando ella tenía 16 años aumentaron un 230 por ciento. Comparando diciembre de 2017 y diciembre de 2018 hubo una suba del 162 por ciento. La línea de denuncias se inauguró en mayo de 2015, desde entonces los llamados crecieron en un 400 por ciento.
"El aumento de denuncias de abuso sexual de las últimas semanas sin dudas tuvo que ver con la visibilización que cobró el tema a partir del caso de Thelma Fardín. El abuso sexual existió siempre pero el alto impacto mediático generó una mayor toma de conciencia y desnaturalización que provocó que más mujeres se animen a sacar a la luz situaciones de abuso sexual que sufrieron, en varios casos, hace mucho tiempo", dice a Clarín Romina Pzellinsky, titular de la Dirección General de Políticas de Género del Ministerio Público Fiscal de la Procuración General de la Nación.
"Desde el nacimiento del movimiento Ni Una Menos hace más de tres años, que dejó instalado el tema de la violencia de género en la agenda pública, la sociedad está tomando otro rol con respecto a esta problemática, mostrando mayor empatía, lo que ayuda a las mujeres a animarse a hablar y no sentirse tan solas ante estos casos. Pero lamentablemente todavía vemos muchas resistencias e incluso culpabilización de las víctimas de haber sufrido abuso sexual por sus conductas o formas de vestir", agrega Pzellinsky.
Virginia Berlinerblau es médica especialista en psiquiatría infanto juvenil y medicina legal y una de las mayores referentes de la medicina forense de la Justicia Nacional. "Denunciar un abuso es un tema muy complejo porque implica exponerse, porque da pudor, pero está habiendo más empatía, más comprensión y eso provoca que más mujeres y varones se están animando a hablar y a denunciar", dice.
"Las violaciones en grupo se ven ahora, las había antes, estuvieron siempre. Son varones que necesitan reafirmar su masculinidad a la fuerza, gozan apropiándose de las mujeres, a las que toman como objeto. Disfrutan denigrándolas -sigue Berlinerblau-. Lo que vemos ahora también es que hay un revanchismo de cierto sector masculino que no tolera la equidad, que quiere acallar el deseo sexual femenino. No tolera que la mujer pueda decidir dónde, cuándo y con quién tener relaciones. Hay varones que entienden que la equidad equivale a pisotearlos a ellos y reaccionan con violencia".
Para la socióloga e historiadora Dora Barrancos, investigadora del Conicet, “hay un cierto malestar masculino, a algunos les cae muy inconveniente este avance de las mujeres, pero el tema es que no se soporta más el sometimiento y que estamos hablando de delitos".
"Estoy segura que todas las mujeres del mundo tuvimos algún intento de abuso. Es la regulación del poder patriarcal, que dice que el cuerpo femenino les pertenece. Antes las mujeres no podían revelarse contra esto, ahora hay una masividad de mujeres que lo hace, y ya hay también como nunca antes varones con una posición reflexiva de autoimpugnación, que piensan que esto no puede seguir así. Pero aún hay lugares con reservas patriarcales ejerciendo brutales operaciones de resistencia como son estas violaciones en banda. Estos actos también pueden ser una reacción", agrega Barrancos.
Pzellinsky también lo sostiene: "Puede ser que la reacción al fuerte movimiento de mujeres sea un recrudecimiento de violencia por parte de algunos varones que temen perder ese lugar de privilegio que el sistema patriarcal les otorga. Por eso es fundamental la prevención y la Educación Sexual Integral en todo el país resulta impostergable".
"Las denuncias aumentaron, y no es que ahora haya más violencia sino que ahora se habla. Lo importante es ver si la Justicia está a la altura de las circunstancias. La Justicia tiene que replantearse el abordaje, que debe ser con pruebas objetivas y no con valoraciones subjetivas porque entonces aparecen los cuestionamientos como los planteados en el fallo de Lucía Pérez", explica Yael Bendel, al frente del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires.
Lucía Pérez tenía 16 años. En 2016 fue violada y asesinada en Mar del Plata. Meses atrás, tres jueces absolvieron a los imputados por estos delitos. En el fallo argumentaron -entre otras cosas- que Lucía ya había tenido relaciones sexuales con hombres mayores que ella.
"Ante un abuso o una violación enseguida aparece el cuestionamiento a la mujer: si era virgen, o que parecía de más edad, o que a las mujeres les gusta que les insistan, que las fuercen. Sigue operando ese imaginario que hay que desarmar -afirma Berlinerblau-. Como el del abusador, al que se defiende diciendo que no tenía antecedentes, o que es padre de familia o un buen vecino. Quienes cuestionan a las víctimas es porque se identifican con el agresor".
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