Total News, 8 de enero de 2020
“Cuando escuché en la clase que no se podía tocar esta parte, que no se podía hacer esto, entendí que había sido abusado: que lo que me había
pasado era un delito del que yo había sido víctima", cuentan los niños, niñas y adolescentes en la Cámara Gesell del Ministerio Público Tutelar (MPT). A través del análisis de los casos de abuso sexual infantil que trataron durante el 2019, desde el organismo notaron que entre el 70% y 80% de los niños de entre 12 y 14 años se dan cuenta de que fueron abusados después de sus clases de Educación Sexual Integral (ESI).
“Hablamos de resignificación del hecho porque es a partir de lo que se explica en las clases de ESI que entienden que sufrieron un abuso”, señala a NOTICIAS Yael Bendel, asesora general del MPT. A partir de este dato, hacen hincapié en la importancia de reforzar el trabajo de Educación Sexual Integral en las escuelas. “Con datos empíricos mostramos que la mejor política contra los abusos sexuales y para lograr que se salga del círculo de violencia es la ESI. Nosotros no tenemos ni teníamos dudas de que la ESI es una herramienta fundamental para que los chicos adviertan que eran víctimas de delito. Lo que pasa es que cuando hay un dato concreto no hay con qué darle”, agrega Bendel.
Contexto. Según las últimas estadísticas sobre abuso sexual infantil en la Argentina realizadas por el gobierno, en el 75 % de los casos el agresor es un familiar, de los que en el 40% ese familiar es el padre y en el 16%, el padrastro.En la misma línea, el 53% de los abusos sucede en el hogar de la víctima, el 18 % en la vivienda del agresor y el 10% en la casa de un familiar. De ahí surge la importancia de que los niños y niñas tengan un espacio fuera del círculo familiar donde puedan contar sus vivencias. Desde el MPT explican que, en la mayoría de los casos los chicos se acercaron a la maestra después de la clase de ESI y la escuela se ocupó de poner en conocimiento al organismo de persecución, o directamente de hacer la denuncia en la comisaría, acompañando al chico o a la chica.
Franjas etarias. En la Sala de Entrevistas Especializadas -o Cámara Gesell- del MPT reciben entre tres y cuatro chicos o chicas víctimas de abuso por día. Según sus análisis, en la mayoría de los casos tienen entre 3 y 4 años, y entre 12 y 14 años. Es dentro de este último grupo donde se advirtió que entre el 70 y 80% hicieron la denuncia después de las clases de ESI. “Una de las preguntas que podríamos hacer: ¿y para los de 3/4 no es una herramienta la ESI? Sí, pero lo que pasa es que es más difícil que ellos digan: yo me di cuenta porque en la clase lo escuché. En general ellos van a ir a contárselo a alguien porque entendieron que eso que les había pasado estaba mal pero es más difícil que lo digan”, observa Bendel.
Actualmente, para mejorar el trabajo con los más chicos, en el MPT están diseñando un programa con Titán, un perro de terapia que incorporaron para acompañar a los niños y niñas a declarar en la Cámara Gesell. Después de dar una charla en nivel inicial notaron que captaron más la atención de los chicos porque estaba el animal. Así, están trabajando para sumar perros de terapia y algo de tecnología a las clases de ESI en los grupos de cuatro, cinco, seis y siete años.
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