Clarín, 14 de noviembre de 2019
La mayoría de los agresores pertenecen al círculo social de los chicos. Buscan quebrar este círculo de violencia y silencio.
Ocho de cada diez abusos sexuales contra niñas, niños y adolescentes son cometidos por familiares o personas conocidas de las víctimas. Al ocurrir puertas adentro, estos delitos son los más difíciles de detectar. Los agresores los obligan a callar. Otras veces son las personas adultas del entorno las que los silencian.