Tiempo Argentino, 27 de diciembre de 2020
El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad encara esta experiencia inédita con un Golden Retriever y un Labradoodle, que juegan antes y después de la entrevista. El 90% de los casos son abusos sexuales.
Por Gustavo Sarmiento
Para un niño o niña víctima de un delito, el tener que declarar y contarlo ante la Justicia es un doble trauma. Recrear ese momento profundamente doloroso que desearían olvidar. Del otro lado, personal judicial y psicológico que pide y necesita saberlo para avanzar. En la búsqueda de bajar el nivel de angustia y miedo, y lograr distender la entrevista, el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires (MPT) incorporó a Titán y Brownie, que se volvieron claves en este año de pandemia: durante el asilamiento acompañaron a las chicas y chicos de entre 5 y 17 años en 121 declaraciones: el 90% fue por casos de abuso.
El MPT fue el primer organismo del país en incorporar en octubre del año pasado a Titán, un Golden Retriever que conformó el Programa de Perros de Asistencia Judicial para acompañar a niñas, niños y adolescentes que debían declarar en la Sala de Entrevistas Especializada (SEE), conocida como Cámara Gesell. La rápida aceptación y la gran demanda generaron que durante el ASPO sumaran a Brownie, de la raza Australian Labradoodle.
El epicentro es la SEE, inaugurada hace más de dos años por el MPT, donde se desarrollan las entrevistas a cargo de psicólogos especializados para que las niñas o niños puedan dar su mejor testimonio por única vez, ejerciendo su derecho a ser escuchados, y que además sea lo menos angustiante posible. “Los chicos venían a declarar y la angustia por revivir una situación traumática continuaba”, explican desde el ministerio. Barajando soluciones, hallaron los Perros de Terapia, que ya utilizan países como Estados Unidos, Canadá, España, Francia y Chile (ver aparte).
Detrás de los números
Durante la cuarentena, el MPT realizó 168 entrevistas a niñas, niños y adolescentes (NNyA) en la Cámara Gesell. Titán y Brownie, que en los papeles fríos figuran como “Perros de Asistencia Judicial”, participaron en 121 de ellas, acompañando a las víctimas menores de edad en los momentos previos y posteriores a sus declaraciones. En el momento de la entrevista se opta por no hacerlos entrar, porque debe ser corta (no más de 45 minutos) y pueden generar distracciones. En cambio, cuando salen se vuelven a encontrar con el perro, lo que permite irse con un recuerdo positivo, relacionado al juego y a la diversión.
De 168 declarantes ante el Equipo Técnico Infanto Juvenil del MPT, 130 fueron niñas: el 77,4%. Y las edades oscilan entre los 5 y 17 años. El 90% de las declaraciones en la Cámara Gesell son por delitos de abuso sexual y el 10% restante es por maltrato, amenazas y lesiones, además de violencia familiar y revinculaciones. La presencia abrumadora del abuso sexual entre los delitos es inversamente proporcional a la información que solía brindar la víctima. Los perros se vuelven esenciales.
La Asesora General Tutelar, Yael Bendel, resalta que “la presencia de ellos es clave, ya que cuando los chicos llegan al Ministerio Público Tutelar suelen estar con miedos, nerviosos, angustiados, y al encontrarse con Titán y Brownie interactúan y se genera un vínculo que contribuye a que puedan distenderse y transitar ese momento en el que tienen que relatar los hechos de violencia de los que han sido víctimas con menos angustia".
Romper el hielo
Carlos Agudo es un empleado clave del ministerio. Pero su función nada tiene que ver con papeles, leyes y burocracias. Es el criador y adiestrador de los dos canes. A Titán lo seleccionó cuando tenía 60 días de vida, hoy tiene 6 años. “Era el cachorro más equilibrado de su manada, ni bien llegó a casa comenzamos a educarlo y a adiestrarlo con el método cognitivo emocional, siempre en positivo (se lo educa en todo lo que un niño puede llegar a hacerle, como pisarle la cola o agarrarlo con fuerza. El perro en ningún momento puede responder de forma agresiva, si lo cumple tiene premio), ya pensando con el objetivo de que sea perro de terapia, trabajando con niños, niñas y adolescentes, pero también con personas con discapacidad y adultos mayores, fuimos a centros terapéuticos, visitamos jardines y hogares de ancianos”, relata a Tiempo.
Brownie tiene un año. Lo seleccionó “por su carácter equilibrado”. También llegó con dos meses de vida, pero con una diferencia respecto a Titán: no pierde pelo y es hipoalergénico. “Entonces podemos trabajar con los que tienen alergia al pelo o la caspa del perro, nos permite ampliar la cantidad de niños para trabajar”, acota.
Brownie comenzó ya con 6 meses a trabajar en el MPT, y a los 8 lo empezaron a incluir en las entrevistas. “Tuvo a un maestro tan importante como es Titán, con su experiencia lo supo introducir en este trabajo tan emocionante”, destaca Carlos.
A Brownie su juventud también le significó algo positivo que aprovecharon en el Ministerio Público Tutelar. Su mayor tendencia al juego y desparpajo facilitó el abordaje con los niños más chiquitos: tirarle el juguete, que lo traiga, darle la patita, chocarle los cinco. Así logran distender el ambiente, “y el chico o la chica se despega de la persona o protector que lo acompañó a la declaración, e ingresa con nosotros a declarar. La verdad que resultó muy efectivo”, subraya.
Investigaciones realizadas tanto en Estados Unidos como en Europa demuestran que la mirada o el contacto de un perro incrementa la oxitocina en humanos, lo que permite ganar en confianza. El acompañamiento de un perro puede reducir ansiedad y promover sentimientos de seguridad y calma. Lo negativo del relato deja un resquicio a lo positivo. Para muchas víctimas encontrar un perro cuando llegan para su entrevista es una sorpresa, y se distraen jugando con él en vez de estar nerviosos por la entrevista. Lo mismo ocurre a la salida: la última imagen es Titán o Brownie.
Carlos cuenta que no hubo una sola vez que los perros hayan sido rechazados por la víctima: “Chicos que llegaban al ministerio con el pelo en la cara, la capucha puesta, las manos en los bolsillos o dentro de la manga, sin mirar a los profesionales que le van a tomar la declaración, muy angustiados y retraídos. Cuando comenzamos a trabajar con los perros cambia. Titán busca el contacto físico, los mira a los ojos, les da un beso, los chicos en seguida lo acarician, se sonríen, se sacan la capucha, empiezan a hablar de sus perros, qué les gusta, nos preguntan cómo lo educamos, se rompe el hielo, y ahí se genera el vínculo empático entre el niño o niña, el perro de asistencia judicial y el terapeuta, que facilita mucho el diálogo y el relato dentro de la Cámara”.
Perros del mundo, uníos
Los perros de terapia de asistencia judicial son cada vez más comunes en Estados Unidos, Europa y Australia.
Actualmente, en EE UU hay 144 “perros de corte”, repartidos en más de 35 estados. En la mayoría de los casos, los jueces definen si pueden estar presentes en el proceso, pero Arizona, Florida, Arkansas, Illinois u Oklahoma, por ejemplo, regulan sus participaciones. En ese país este tema lo trabaja la “Courthouse Dogs Foundation”, que es parte de la Asociación Internacional de Perros de Asistencia. La fundadora, Ellen O Neill Stephens, es una abogada cuyo hijo tiene un diagnóstico de parálisis cerebral, para lo cual suele ser acompañado por un perro de asistencia familiar. Ellen lo empezó a llevar a su trabajo para acompañar a niños testigos de delitos. A partir de esa buena experiencia, incluyeron más perros y capacitaron a oficiales de justicia acerca de su impacto en los procesos judiciales.
En Chile, los perros de asistencia judicial trabajan con la Policía en el Departamento de Investigaciones de Delitos Familiares. Suele ser usual que insten a los niños a que si no desean compartir con un oficial o psicólogo lo que les sucedió, se lo cuenten al perro.
La Cámara Gesell, herramienta clave para los testimonios
El epicentro de la acción es la Sala Especializada, conocida como Cámara Gesell. Fue inaugurada hace más de años por el Ministerio Público Tutelar, en concordancia con la Convención sobre los Derechos del Niño y las Guías de Santiago sobre Protección de Víctimas y Testigos. Está distribuida en dos pisos. En el 12° se encuentra la Sala de Entrevistas y en el piso 10 la Sala de Observación, equipada con sistema integrado de grabación-audio, con circuito cerrado de TV y seguimiento remoto. Desde ahí los funcionarios judiciales y las partes involucradas pueden presenciar las entrevistas. Estas entrevistas son realizadas por psicólogas o psicólogos especializados para que las niñas o niños puedan dar su mejor testimonio por única vez, "ejerciendo su derecho a ser escuchados y a participar en la determinación de su interés superior, y que además sea lo menos angustiante posible", explicaron desde el MPT. Ahí entran Titán y Brownie.
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