Entrevista a la Dra. Noris Pignata
La Asesora Tutelar ante la Cámara de Apelaciones habló de su experiencia en los casos de delitos informáticos que involucran a niñas/os y adolescentes, en el marco de su participación en la Feria del Libro.
¿Qué nos puede decir acerca del trabajo diario de la Asesoría frente a delitos informáticos que cuentan entre víctimas o agresores a chicas/os y adolescentes?
Este es un tipo de delito que observamos con mucha frecuencia. En la actualidad, estamos trabajando en un caso de producción y distribución de imágenes de personas menores de 18 años, en el que hay tres adolescentes de entre 14 y 16 años involucrados. Es un caso atípico porque se trata de una situación que se dio por única vez: un video circuló y le llegó a la madre de la víctima, que fue quien realizó la denuncia. Este video fue denunciado también por una organización de Estados Unidos con la que tenemos firmado un convenio y que es de gran a ayuda a la hora de detectar este tipo de material en la red.
¿Cómo intervienen en este caso en particular y en otros casos similares de producción y distribución?
En este caso, intervenimos los tres asesores, uno por cada adolescente involucrado. La Fiscalía representa a la víctima, y los imputados tienen defensores técnicos. En lo personal, estoy trabajando con uno de los imputados y mi rol tiene que ver con advertir cómo este acto le afectó, qué cosas le pasaron debido a esto. Lo cierto es que en estos casos ninguno sale “ileso”, es decir, la víctima sufre determinadas consecuencias, puede sentir vergüenza, puede querer dejar de ir a lugares que frecuentaba; pero los imputados también tienen que dar explicaciones, son citados. Incluso, si están en el marco de una institución, pueden ser sancionados por haber tomado estado público el hecho.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias cuando se comete un delito de este tipo?
Cuando se trata de adolescentes, tratamos de apuntar a lo más leve, por ejemplo, una remisión con la cual sacamos el conflicto del sistema penal e intentamos resolverlo en el área administrativa. La otra opción puede ser una mediación o una suspensión de juicio a prueba en donde se imponen pautas de conducta a cumplir y algún tipo de reparación. En todas las alternativas se tiene en cuenta a la víctima y con qué tipo de acción se sentiría reparada. Y cuando se habla de reparación, es importante aclarar que no siempre se habla de dinero. A veces la víctima necesita simplemente que le pidan disculpas.
En última instancia, se procede judicialmente, lo cual implica una audiencia pública, que en el caso de las/os adolescentes se desarrolla sin público externo. Si la información que existe es suficiente, se intenta que la víctima no declare y, de ser necesario, que sólo lo haga una vez. De todos modos, hay casos en que la víctima pide declarar, ya que percibe esto como un acto reparatorio. Esa declaración se toma en cámara Gesell, y la realizan profesionales especializados en este tipo de tareas. En definitiva, el rol del Asesor es conseguir que la víctima sea respetada y que se alcance la reparación que crea necesaria.
Volviendo al caso mencionado, ¿estas/os adolescentes tenían conciencia de que podían estar cometiendo un delito?
No, para nada. En general, las/os adolescentes no tienen noción de que este tipo de comportamientos pueden constituir un delito. O que pueden no constituir necesariamente un delito y sin embargo tener consecuencias negativas a futuro. Supongamos que alguien sube un video de una fiesta del secundario y en cinco o seis años tiene un título universitario y le hacen una oferta de trabajo súper interesante. Va a la entrevista y le dicen que su CV es fantástico, que sería el profesional ideal para ese puesto, pero que encontraron un video suyo en la red y que por eso no la/o van a tomar. Esto ya le está pasando a mucha gente, y es absolutamente legal porque esa información personal es pública.
¿Y cómo las/os afectó esta experiencia?
Uno de ellos, con quien tuve relación directa, me dijo: “para mí la vida cambió. Hoy soy mucho más precavido y me cuido”. Es decir, a partir de esta experiencia ya piensa las cosas de otra manera y entiende que hay que cuidarse y cuidar a los demás.
Teniendo en cuenta que las/os adolescentes suelen hacer circular sus imágenes a través de las redes sociales, ¿qué comportamiento tienen estas empresas ante materiales que pueden conllevar un delito?
A raíz del convenio de Budapest que firmaron casi todos los países y que implicó el compromiso de incluir en las legislaciones locales estos tipos penales, empresas como Facebook o Instagram se hacen responsables de chequear y denunciar cualquier imagen que puede constituir un delito. Esto es importante a la hora de prevenir y detectar el ilícito; sin embargo, aunque saquen las imágenes de circulación enseguida, como todos sabemos nada desaparece.
La realidad es que las/os adolescentes viven sacándose fotos y subiéndolas a la red, sin filtros, sin restricciones, y pocas veces toman algún tipo de precaución. En general, tienen perfiles públicos y se exponen a cometer un delito o a ser víctimas por parte de terceros. Esto es muy común porque manejan celulares de última tecnología desde muy chicas/os y no necesitan saber demasiado para grabar un pequeño video. Con sólo apretar un botón, lo suben a la red y de ahí es imposible bajarlo. Es por eso que se nos presenta con urgencia la necesidad de generar conciencia sobre los peligros a los que se exponen con estas acciones.