Miradas al Sur, 29 de septiembre de 2012
Por Diego Long Una recorrida por las políticas psiquiátricas del macrismo: intentos privatizadores, desactivación de los programas para niños y adolescentes y derrumbe del sistema de atención domiciliaria. La situación de la salud mental en la Ciudad de Buenos Aires es crítica. Al punto de que los inviernos crudos que pasaron los internos del hospital José Tiburcio Borda sin gas, son una anécdota ya. O una metáfora.
Los graves problemas de deterioro edilicio no son los únicos ni son exclusivos del área. A todo el espectro de la salud se lo está haciendo padecer el macrismo, con una mezcla de desidia y estrategia.